domingo, 29 de noviembre de 2015

La filosofía Zen y el Hishiryo



HISHIRYO es el estado de conciencia propio del Zen. SHIRYO es el pensamiento. FU SHIRYO es el no-pensamiento.
HISHIRYO es el "Pensamiento Absoluto", más allá del pensamiento y del no-pensamiento. Más allá de las dualidades, de las oposiciones, de los contrarios. Más allá de todos los problemas de la conciencia personal. 

Es nuestra Naturaleza Original, o Naturaleza de Buda, o Inconsciente Cósmico.
Cuando el intelecto se vacía y se vuelve sereno, apacible, nada puede detener la corriente de vida profunda, intuitiva, ilimitada que surge desde lo más profundo de nuestro ser y que es anterior a cualquier
pensamiento. 

Este es el flujo eterno de la actividad del Todo. El espíritu contiene todo el cosmos. La conciencia es más rápida que la luz. Sentado, sin meta, se puede comprender MUSHOTOKU e HISHIRYO, secretos de la esencia del Zen. Pero esta comprensión es diferente a la del sentido común o a la de intelecto. Es percepción directa. 


MUSHOTOKU es la filosofía del no-provecho, del no deseo de adquirir. Es el principio esencial del Zen. Dar sin esperar recibir nada a cambio. Abandonarlo todo sin miedo a perder. Volver la mirada hacia el interior. De la misma manera que en toda obra de arte, el artista debe saber darse enteramente sin ocuparse de alcanzar la gloria, la belleza, la riqueza, para expresarse en una obra bella, pura, autentica, de la misma manera el discípulo obtendrá la Sabiduría si quiere conocerse, superarse, darse sin esperar alcanzar ningún provecho personal. Si lo abandonáis todo, lo obtendréis todo. HISHIRYO es la conciencia cósmica, y no la conciencia personal. Podemos experimentarla durante Zazen. Durante Zazen pensamos en nuestras ansiedades, en nuestra vida cotidiana, en nuestros amigos, en nuestras vacaciones, en todos los fenómenos que provienen de nuestra memoria, pero si nos concentramos profundamente sobre nuestra postura, sobre la respiración, podemos detener los pensamientos, podemos olvidarlo todo y armonizarnos con el pensamiento cósmico. El subconsciente surge así a la superficie, gracias a este abandono. Los pensamientos se alargan, se ensanchan profundamente y alcanzan la conciencia universal. Podemos llegar hasta el final de esta conciencia universal. Podemos llegar hasta el final de esta conciencia última, pero para ello no debemos trascender los pensamientos de nuestra autoconciencia. Este es el arte esencial del Zazen.


El Maestro Dogen escribió: "Pensad sin pensar. ¿Cómo se piensa sin pensar? Pensando desde el fondo del no-pensamiento. Esta es la dimensión cósmica, HISHIRYO".
Los sentidos de nuestra conciencia no pueden imaginarla. Las categorías no pueden definirla. La palabra no puede explicarla. Sólo podemos acceder a este estado a través de nuestra experiencia vivida. HISHIRYO es la armonía de las visiones objetivas y subjetivas, la última conciencia, más allá del espacio y del tiempo, la conciencia más excelente, global, universal, más allá de todos los fenómenos, más allá del pensamiento y del no-pensamiento.

·Zazen es alcanzar la condición HISHIRYO.
· El abandono del ego es Satori.
· La Nada incluye el Todo.
· Una mano abierta puede recibirlo todo.
· Una botella vacía puede ser llenada.
· El cielo puro e infinito no es perturbado por el vuelo de las nubes blancas.
 


Principales errores en la práctica de zazen:
 
Dogen Zenji enseñó: "Desde el comienzo de Zazen debemos descartar la relajación física y mental y la distracción". 

Efectivamente, durante Zazen podemos caer en dos estados perniciosos para la salud física y mental y totalmente contrarios al estado de vigilia de un Buda. Por una parte podemos caer en un estado de relajación física y mental caracterizado por una gran actividad inconsciente, muy cercana al sueño, y por una falta de tono muscular. Este estado es llamado konchin en el Zen. Es un estado de somnolencia, de falta de claridad. La vigilancia se empaña y la conciencia se embrutece. El cuerpo pierde tono, la cabeza cae hacia adelante, los dedos pulgares se
desploman y las manos yacen inertes. La respiración se vuelve totalmente inconsciente y se abandona a su propio ritmo. Este estado debe ser evitado. El mejor método para ello es volver a una postura corporal justa: estirar la columna vertebral, fortalecer el tono muscular y especialmente no dejar que los ojos se cierren. Por otra parte, podemos caer en un estado de distracción, de dispersión mental. Este estado es llamado sanran en el Zen. Viene caracterizado por un tono muscular crispado y por una actividad mental muy excitada. Aparecen muchos pensamientos, muchas sensaciones, recuerdos, deseos... Esta es la actitud típica de los que piensan durante Zazen. A nivel corporal, la barbilla se escurre hacia arriba, los dedos pulgares también se encrespan y se tensan. Para evitar este estado debemos concentrarnos especialmente en una espiración larga y suave. Debemos depositar nuestra atención en el hueco de la palma de la mano izquierda y rehacer una postura corporal justa en general: recoger la barbilla y mantener la horizontalidad de los dedos pulgares. Equilibrando nuestro cuerpo podemos equilibrar nuestra mente.


Dogen Zenji enseñó: 

"El Zazen del que yo hablo no es el aprendizaje de una técnica de meditación. Es el Dharma de la Paz y de la Felicidad, la Practica-Realización de un Despertar Perfecto. Zazen es la manifestación de la Realidad Ultima. Las trampas y las redes del intelecto no pueden atraparlo. Una vez que hayáis comprendido su esencia, seréis parecidos al tigre cuando penetra en la selva y al dragón cuando penetra en el océano".



Extraído de  viviendoelzen

miércoles, 25 de noviembre de 2015

EL SILENCIO



El Silencio es la primera Puerta psicoenergética que hay que atravesar o dominar para salir del Reino de las Sombras. Existe en cada uno de nosotros una barrera de ruido interior, una densa bruma de continuos sonidos mentales, emocionales, instintivos ... incontrolados, mecánicos ... que mantienen atrapada a la conciencia humana y la aíslan de su verdadero poder original.

Para descubrir y cultivar el fundamental silencio de la psique es preciso primero observar el ruido, nuestro permanente ruido interior. Percibimos entonces que hay una voz (fragmentada en múltiples voces, una miríada de voces) que habla dentro de nosotros de forma persistente. Esa interna y personal voz divaga sobre cualquier cosa, sueña, elucubra, recuerda, fantasea ... el caso es hablar siempre. Es como si hubiera alguien incansable, repetitivo y pertinaz que parloteara continuamente en nuestra mente, asumiendo nosotros esa identidad. ¿Pero quién es el que habla? ¿Nosotros? El problema es que creemos que el que habla (el hablador) somos verdaderamente nosotros, pensamos que es nuestra genuina y auténtica identidad.

Sin embargo el hablador interno no es nuestra identidad verdadera, aunque la inmensa mayoría de los mortales se identifica ingenuamente con él. El hablador convive con nosotros, nos quiere hacer creer que somos nosotros, y nosotros creemos equivocados que somos él.

Lo primero que hay que clarificar es quien es el hablador en nuestra mente, descubrir su naturaleza, des identificarnos de él, observarlo en forma cada vez más distante, hasta lograr que se aleje, hasta conseguir que se vaya callando, hasta alcanzar los primeros momentos de precioso y revelador silencio.

Este trabajo en pos del silencio requiere un esfuerzo continuo, un estado psíquico de alerta permanente, una conciencia de lucha con un enemigo pertinaz que habita en nuestro interior. Cualquier fallo en la auto-observación es permitir que el hablador retome sobre nuestra mente el control que siempre reclama. La meditación, la observación tranquila de nuestros pensamientos y emociones, es la estrategia indispensable para avivar en nosotros el rescoldo del fuego dormido de nuestra conciencia.


Lograr la meta del silencio interno es atravesar el primer portal que nos aleja de la ancestral oscuridad psicológica, cruzar la primera puerta que nos libera del Reino de Sombras en que por inconsciencia habitamos. Cuando franqueamos esta Primera Puerta nace en nosotros el primer destello de luz de la nueva conciencia, del espíritu dormido. Esa nueva conciencia silenciosa que surge en nosotros (y que debemos cultivar para hacer crecer) es la frecuencia o tono conciencial que nos acerca germinalmente a la conciencia del Ser. 

¿Pero quién es el hablador? Ese que se preocupa, que se queja, que se envanece, que alardea o se culpa, que se proyecta hacia el pasado o hacia el futuro... Esa voz interior que parlotea siempre no es sino nuestra propia mente condicionada, nuestra personalidad egoica, estructurada para auto perpetuarse.


Sin embargo esta voz genera inevitablemente una identidad falsa en nosotros. Acabamos creyendo que somos esa voz, nos sumergimos en una sombra que nos impide reconocer nuestro genuino ser, olvidando así la fuente y esencia de nuestra real naturaleza.

La voz persistente, la identidad egoica, acaba poseyéndonos cada vez más. Nos hace transitar por múltiples sufrimientos y por breves y pasajeras alegrías. Pocos son los que desenmascaran y dominan esta falsa identidad interior y se dirigen hacia las metas del ser verdadero.



COINCIDEN FILÓSOFOS Y MÍSTICOS DE TODAS LAS ERAS EN QUE EL SILENCIO ES EL PRINCIPIO DEL MÁS ALTO CONOCIMIENTO:

El silencio es el recogimiento del Ser en el retorno a su verdad.
(Martín Heidegger)

El silencio es el sueño que nutre la sabiduría.
(Francis Bacon)

El silencio es la réplica más aguda.
(G. K. Chesterton)

La mente recubre la realidad sin darse cuenta. Para conocer la naturaleza de la mente necesitas inteligencia,
la capacidad de observar a la mente en silencio con conciencia desapegada.
(Nisargadatta Maharaja)

Sé tan silencioso como un pez y sumérgete en el océano de la dicha.
(Rumi)

Permanezcamos en silencio para que así podamos escuchar el murmullo de los dioses.
(Emerson)

El que habla no sabe; el que sabe no habla.
(Lao-Tse)

 El silencio en todas las tradiciones místicas y gnósticas tiene un lugar central. Filósofos y místicos de todas las eras han reconocido que para que la mente logre acceder a los aspectos más sutiles de la existencia y pueda realmente conocer lo que es, es necesario silenciar el pensamiento discursivo, conceptual o representacional. 
Un símil utilizado en las tradiciones de la India puede servir para entender esto: si tenemos una imagen (por ejemplo, la Luna) reflejada en un cuerpo de agua, podremos verla con mayor claridad si la superficie está quieta; si en cambio existen agitaciones, ya sea por el viento o por una roca que al caer genera ondas en el agua, no podremos ver con la misma claridad la imagen.



En Silencio:

Un guía llegó en silencio.
Sólo en el silencio podrás oír su mensaje.
Toma un sorbo de este vino
delicioso ­y abandónate.
No insultes la grandeza de Su amor,
pues Él, en silencio, ayuda a quien sufre.
Pule tú el espejo que hay entre dos alientos,
y ve con Él más allá de las palabras.
Él conoce cada uno de tus actos,
sólo Él mueve en silencio la rueda de los Cielos.
Todos los pensamientos enterrados
en tu corazón, Él los revelará uno por uno,
en el silencio.
Convierte en pájaros tus pensamientos
y déjalos volar al otro mundo.
Uno es un búho; otro, un halcón; un cuervo, otro.
Cada uno de ellos es diferente de los demás,
pero todos son iguales en el silencio.
Para ver la Luna que no se puede ver
vuelve tus ojos hacia el interior
y obsérvate, en el silencio.
En este y en el otro mundo,
no hables sobre esto y aquello.
Déjalo a Él que te lo muestre todo,
resplandeciente como tú… en el silencio.

~ Rumi ~

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Cuando Callas:

 

Cuando callas también hablas de ti mismo.
Cuando callas un secreto
conozco tu fidelidad de amigo.
Cuando callas tú propio dolor
conozco tu fortaleza.
Cuando callas ante el dolor ajeno
conozco tu impotencia y tu respeto.
Cuando callas ante la injusticia
conozco tu miedo y tu complicidad.
Cuando callas ante lo imposible
conozco tu madurez y dominio.
Cuando callas ante la estupidez ajena
conozco tu sabiduría.
Cuando callas ante los fuertes y poderosos
conozco tu temor y cobardía.
Cuando callas ante lo que ignoras
conozco tu prudencia.
Cuando callas tus propios méritos
conozco tu humildad y grandeza.
El Silencio es el tiempo donde el sabio medita.
La cárcel de la que huye el necio.
Siembra para ser tú mismo...

- George Elliot - (1819-1880)


miércoles, 18 de noviembre de 2015

Advaita, la experiencia de la No-Dualidad




Advaita es una palabra compuesta del sánscrito que significa "no dos". Aunque puede referirse a cualquier cosa, es una palabra muy importante en la tradición espiritual Védica, porque indica un hecho importante acerca de la naturaleza de la consciencia, el “Sí mismo”. La parte de los Vedas que trata el tema de la iluminación se llama Vedanta. Vedanta sostiene que la realidad es advaita: "no dos" o “no-dualismo”. Esto significa que la distinción sujeto-objeto, que es la característica más sobresaliente de lo que los individuos no iluminados consideran que es la realidad, no existe realmente, aunque lo parezca. Este es un hecho muy importante sobre la existencia, porque es la distinción entre sujeto y objeto lo que es responsable de gran parte del sufrimiento existencial que caracteriza a la vida humana. Es causante de todo tipo de trastornos emocionales, porque al aceptar la dualidad sujeto-objeto como un hecho coloca al individuo en conflicto con los objetos.
En la dualidad, el sujeto, la persona que he sido condicionado a creer que soy, se considera a sí mismo como limitado e incompleto. Debido a este hecho, él o ella siente que necesita objetos —una casa, un trabajo, una relación, hijos, etc— para eliminar la sensación de 'incompletud' asociada a su condición de sujeto. Él o ella deben desarrollar estrategias para obtener los objetos deseados y para evitar los objetos no deseados. La búsqueda y la evitación de objetos representa un considerable sufrimiento. Debido a que tanto el sujeto como los objetos están sujetos a cambios, en cuanto que están en el tiempo donde la dualidad existe, es difícil obtener y conservar los objetos deseados. El tiempo, la característica más sobresaliente de la dualidad, pone un énfasis considerable en el tema también. Sus deseos están cambiando constantemente. Cuando se consigue un objeto, se produce un cambio en el sujeto que provoca un cambio en su relación con el objeto. La fricción constante causada por la interacción entre el sujeto y los objetos inevitablemente conduce a la pérdida de energía y a la muerte.
El Vedanta sostiene que la dualidad no es más que una creencia producida por la ignorancia de la naturaleza de la realidad, no un hecho. De hecho, la realidad es no-dual. Esto significa que la distinción entre sujeto y objeto realmente no existe. El sujeto no es diferente de los objetos. Tanto el sujeto como los objetos son manifestaciones aparentes del Sí mismo o Consciencia no dual.
La iluminación es la liberación del sufrimiento que surge cuando la naturaleza no-dual del Sí mismo es completamente percibida. Cuando ya no te percibes a ti mismo como separado del mundo de los objetos —sí, las personas también son objetos en la dualidad— el conflicto desaparece y el sujeto se libera del deseo de obtener y conservar objetos. El Vedanta es un modo de indagación comprobado a lo largo del tiempo sobre la naturaleza de la realidad que en última instancia resuelve la dualidad sujeto-objeto, revelando la naturaleza no-dual del Sí mismo.
– James Swartz



No-dualidad es una descripción del ver que sólo hay Unidad, o más bien un intento de describir esto, ya que una descripción real es imposible.
La visión de la Unidad sólo puede ocurrir cuando el sentido de ser una persona, un individuo que vive una vida llena de opciones en un mundo separado, se desvanece. Cuando esto sucede, el "yo" se ve que está vacío, el individuo es visto como una emanación de la consciencia, y "usted" y "yo" se ven como la luz en la que todo surge.
La relación entre el individuo aparente y la Unidad, o el Ser, es la misma que la relación entre una ola y el océano. La ola es el océano "ondulando", tú y yo somos la Unidad "personeando".
Esto ha sido descrito en muchas tradiciones espirituales, desde el Advaita al Zen, sin embargo, no pertenece a ninguna.
Este Advaita, del que hablo, no es en realidad una filosofía porque no se aferra a ningún principio. Es simplemente una recopilación de directrices y conceptos, y declara que ninguno de ellos es verdadero en un sentido absoluto. Se trata de indagar dentro de las limitaciones y los conceptos erróneos sobre cómo son las cosas. Por ello más que una verdad absoluta es un proceso. Sus enseñanzas contienen una serie de herramientas.
La herramienta primordial es que todo es Consciencia; No dualidad, para ser más precisos, Advaita, si se traduce literalmente, significa "no dos". Ésa es la directriz más esencial. No es una verdad. Y una directriz se debe utilizar como medio para averiguar qué es verdaderamente válido; para indagar dentro de uno mismo y descubrir la propia naturaleza. Es un proceso que, cuando ocurre, se entiende como una parte natural del fluir de la vida.
– Wayne Liquorman
Toda auténtica filosofía, si damos a la palabra el sentido etimológico que tiene, nace de una vivencia, porque amar la sabiduría no es una simple curiosidad intelectual, es una necesidad vivencial. Si el ser humano tiene la necesidad de buscar la verdad, si ama la sabiduría, es porque intuye que esa verdad puede ser operante en él, transformadora. Y esto tiene que ser cierto incluso en estos momentos en que la palabra filosofía evoca casi lo contrario: un saber alejado de la vida.
La metafísica advaita es una investigación operativa ahora, como lo fue en la época de Gaudapada, porque es inherente al ser humano el anhelo de encontrar el significado de la existencia. Y como la existencia es una realización de la conciencia, ya que todo lo que vivimos, lo vivimos en ella, adentrarse en la conciencia humana es el camino natural de quien busca la verdad desconocida o la realidad oculta tras las apariencias.
– Consuelo Martín
No-dualidad significa "no-dos" o "no-separación". Es el sentido de que todas las cosas están interconectadas y no separadas, mientras que al mismo tiempo todas las cosas mantienen su individualidad. Una conciencia de no-dualidad te da una perspectiva más amplia de la vida, un mayor sentido de libertad, y te produce una felicidad más estable.
– Jerry Katz
Aquello que lo impregna todo, que nada lo trasciende y que, al igual que el espacio universal que nos rodea, lo llena todo por completo, por dentro y por fuera, ese Brahman Supremo y no dual, ese eres tú.
– Sankaracharya
Cuando va más allá de la conciencia, hay un estado de no-dualidad, en el cual no hay cognición, sólo puro ser. En el estado de no-dualidad, toda separación cesa.
– Nisargadatta Maharaj
"Advaita no es un sistema, una religión o técnica, tampoco es una filosofía. Es simplemente la verdad".
– Jean Klein


El mensaje de la no-dualidad

Advaita no es una filosofía ni una religión. No-dualidad es una experiencia en la que no existe separación entre sujeto y objeto, un "yo" y el resto del universo, un "yo" y Dios. Es la experiencia de la conciencia, nuestra verdadera naturaleza, que se manifiesta como felicidad, amor y belleza absolutos. La conciencia se define como "Eso", sea lo que sea, que percibe estas palabras aquí, en este momento.
Advaita trasciende todas las religiones, filosofías y nacionalidades. No divide sino que une. Los fanáticos de las diferentes religiones nunca pueden ponerse de acuerdo en sus conceptos acerca de Dios, pero los sabios de diferentes orígenes nunca podrán estar en desacuerdo respecto a su común experiencia de no-dualidad. Los fundadores de todas las grandes religiones han sido sabios. La no-dualidad es el núcleo del Hinduismo, Sufismo, Budismo Zen, Shivaismo de Cachemira y las enseñanzas de Cristo.
Nos pasamos la vida suponiendo [sin cuestionarlo] que la vida está hecha de personas y cosas separadas. En esta separación, nos sentimos "aislados" el uno del otro. También nos sentimos "aislados" de la verdadera felicidad y satisfacción. Esto nos lleva a buscar esta felicidad en el futuro. Intentamos todo, incluyendo terapia, relaciones, éxito material, programas de auto-ayuda, promociones profesionales, religión, drogas y mucho más.
El mensaje de la no-dualidad es que la verdadera naturaleza de la realidad es no-dual. No-dualidad significa "no dos". Esto significa que no hay separación en la vida. Es sólo nuestra excesiva dependencia de la mente (es decir, el pensamiento dualista) lo que hace que parezca que las cosas existen por separado. Las enseñanzas no-duales nos invitan a ver que no somos personas separadas. No estamos "aislados" de la vida y de los demás. Con esta realización, nuestra búsqueda termina. Nuestro conflicto con los demás se desvanece. A través de la realización no-dual, vivimos la vida totalmente en la simplicidad y la maravilla del momento presente. Ya no tenemos que escudriñar constantemente el pasado para buscar nuestra identidad ni perseguir nuestra felicidad en el futuro.
Las enseñanzas no-duales han existido desde hace miles de años. Son el fundamento de algunas de las principales religiones del mundo. Actualmente, parece que el mensaje de la no-dualidad es liberarse de su historia religiosa. Está siendo reinventado, traducido y adaptado a un lenguaje muy sencillo y simple. Las nuevas enseñanzas están haciendo que la no-dualidad sea accesible a muchas personas que de otra manera no habrían oído hablar de este mensaje.

info: advaitainfo